Es difícil encontrar un cuento que pueda contener todas las características de un género literario, en un lugar; un cuento que recoja todo lo que ‘hace’ un género. José Luis González no solamente logró reunir la esencia del realismo en un cuento, lo hizo en uno corto.


‘La carta’ es quizás el relato más famoso de él, aunque recibió multitud de premios por otras obras y libros publicados. Su estilo nunca deterioró. Siempre mantuvo una forma estándar cuando escribió, sean novelas, cuentos o ensayos. Sus temas eran puros realistas, acerca del menosprecio y la opresión del puertorriqueño en el mundo real. En ‘La carta’ vemos un vagabundo escribiéndole a su madre, mintiendo acerca de su condición económica. Nos deja con un sabor amargo y triste. La pena es un valor importante en la mayoría de la literatura de José Luis González. En casi todos sus relatos hay por lo menos un personaje que sufre de algún cantazo emocional, o experiencia un cambio de percepción del mundo.


El lenguaje de José es bien fácil de entender. Aunque imita el hablar cotidiano, no utiliza un español rebuscado. Sus narraciones son simples, cortas y cualquier lector puede terminar sus cuentos y entender todo. No es un rasgo común en el realismo. Quizás hasta su escogido de palabras era una crítica al mundo. Tal vez decidió no usar palabras difíciles. Nunca sabremos.


"...el realismo no debe ser un movimiento literario, ni arte. Es un pedido de ayuda, es una advertencia..."

‘La carta’ es un relato corto pero es sumamente amplio en significado. Las connotaciones sociales que implica son agravantes. La crítica social es sólo pareja a la indiferencia del ser humano. Toca tantos temas simples con unas pocas palabras. La narración de este cuento es interesante, porque mezcla un narrador omnisciente con otros personajes. Se puede ver en otros cuentos de González, cómo los narradores cambian a través del relato. El juego con la forma de contar la historia es una de las cosas que más entretiene al lector, y más da ganas de seguir leyendo. Es algo constante en González y puede ser una herramienta importante si es utilizada bien. El narrador omnisciente es clásico, sin embargo la mayoría del cuento es contado de una manera moderna, mostrando los datos incubiertos.


Sus finales siempre dejan al lector en un estado pensativo, y en este caso es igual. El tema es tan cotidiano y cultural, que el lector no tiene más remedio que reflexionar un poco de su propia vida. Las implicaciones y el juego de narradores es perfectamente usado.


José Luis González sirve como una inspiración a todo autor, ilustro o nuevo. Es más, sirve como una inspiración para el mundo entero. Toda la literatura Realista trata de convencernos de que hay algo en la vida que se debe mejorar, que estamos haciendo algo mal -aunque nos lleva a pensar que el autor es igual a nosotros y, por ende, hace las mismas cosas que el resto de los habitantes. Entonces, ¿por qué tan justificado el autor realista? ¿Se cree diferente?- y los autores realistas utilizan la literatura para tratar de cambiar el razonamiento crítico y el comportamiento de la audiencia. En teoría, el realismo no debe ser un movimiento literario, ni arte. Es un pedido de ayuda, es una advertencia de que estamos empeorando nuestra calidad de vida.


Quizás por tener autores tan efectivos como José Luis González, quien escriben cuentos y novelas tan ricas para leer, tan importantes para la literatura que se deben mantener como tesoros históricos, que han convertido el realismo en una herramienta comercial, se ha perdido el significado real y el propósito del realismo literario.

Quizás el Naturalismo es realmente la belleza más pura, la similitud más cercana, el sinónimo real del arte. La cruda realidad, a veces de mal gusto, es probablemente de los aspectos más importantes en la literatura mundial. Somos animales, al fin, y lo escrito acerca de nosotros debe representar la verdad. Luís Bonafoux se luce ante muchos otros, al traer una realidad en papel que mezcla diversos géneros y opiniones, y establece una posición única, si no dominante, ante los demás.

El cuento ‘La carne rubia’, escrito en el 1886, demuestra perfectamente el estilo particular de Bonafoux. Obsesionado con el Naturalismo, sus descripciones tienden a ser severas y tocan los temas de una manera fuerte. Pero, ¿qué diferencia a éste de los demás? Bonafoux escribe un Naturalismo diferente, respectivo probablemente a algún gusto personal de él. Llamaré este estilo de Bonafoux ‘Naturalismo Liviano’. ¿Por qué liviano? En los cuentos de Luís siempre se encuentra lo ‘feo’ del Naturalismo pero lo adjunta a una trama más liviana de lo normal. No entra en muchos detalles de sus personajes, no explica el cómo, o porqué las cosas se deben a como son, ni cómo deben mejorarse. Sus temas no son del bajo mundo –la mayoría de las veces-, y tal vez lo más particular de Bonafoux es que siempre incluye un elemento humorístico.

...es bueno recalcar en estas lecturas porque van más allá de un cuento, son una estampa universal; son relatos de humanos, para humanos.

‘La carne rubia’ es un cuento terriblemente triste. Tenemos un hombre, Manolo, que aunque siempre había sido excéntrico, ateo y ermitaño, se enamora. Se enamora con una magnitud increíble, de una muchacha hermosa. Ante sus amigos él demuestra una indiferencia ajena pero en privado es completamente lo opuesto. Le confiesa a su mejor amigo, un día durante un paseo, que hacen el amor carnal constantemente y que todo con ella es tremendo. Aunque él la rechazó anteriormente, se rindió ante ella indefenso. Resulta todo en un matrimonio de verano. Manolo la deja, comparando su vida con una herida infectada que tiene que hacerle un tajo para que se mejore. Su incapacidad de comprometerse a una relación, lo lleva a herir la mujer que ama y a él casi lo mata. Trata de justificar sus acciones con argumentos vacíos, cuando el mismo cuento te demuestra los sentimientos reales de todas las partes.

El cuento demuestra una mentalidad confundida de un hombre pero expone varios puntos mas humorísticos en sus personajes. Los dos principales, Manolo y Juan, son mejores amigos pero son opuestos. Son la representación del bien y el mal. Uno es precavido, amigable, cuidadoso y gentil, mientras Manolo es lo contrario, un rebelde sin causa, que prefiere el aislamiento y los amores rápidos. No es lo único cómico que escribe el autor en el cuento, de vez en cuando se lee algo que da gracia, aunque sea un humor seco. En un momento comenta sobre el matrimonio de Manolo: “Eso bueno tienen los matrimonios en coche: se disuelven tan pronto como deja de rodar el vehiculo.” En otra ocasión, Juan entra a la casa de Manolo y éste está caminando por su sala con un maletín, la explicación de Manolo es “…viajo un poco por mi sala.”

Bonafoux toma mucho cuidado con sus descripciones. Describe el área donde vive Manolo como un campo frío y desolado, el camino para llegar ahí era horrible. Al principio, presenta el hogar de Manolo como una casita con un paredón mohoso, con árboles limpios por el invierno; “una tumba a flor de tierra”. Y al final, el paredón mohoso y los árboles secos en la distancia, con la silueta de Manolo, es una de las imágenes más tristes en todo el cuento.

El lenguaje de Bonafoux es divertido. No es demasiado rebuscado, ni muy simple. Es fácil de leer y nada distrae al lector. La trama no es difícil de creer, es bien humana. Tiene un humor casi picaresco, casi retando al lector a reírse. Incluso, tal vez un chiste interno, hace referencia a sí mismo y a otros escritos de Bonafoux, como si Manolo fuera el autor.

Es un tremendo cuento que utiliza elementos de varios géneros y estilos. Se puede notar un final que no es ‘efectista’, o exagerado. De hecho, el final cierra con un toque de humor irónico: “…y sobre todo, coma usted mucha carne rubia”. Es un final suave, sencillo, normal. Como si el mundo no terminara en esa última página.

El cuento, y todos los trabajos literarios de Bonafoux son eternamente recomendados. Para generaciones nuevas y antiguas, es bueno recalcar en estas lecturas porque van más allá de un cuento, son una estampa universal; son relatos de humanos, para humanos.

Un día lindo

-Lleva todo el día haciendo calor y ahora nos estamos congelando. No entiendo este maldito desierto…

-Sólo llevamos dos días aquí. ¿Ya te vas a quejar de todo?

-¡Sí!

Los amigos rieron juntos, mientras hacían su ronda de guardia. La noche era silenciosa y escalofriante. Las barracas eran como un panal vacío. Sólo los soldados en guardia andaban visibles. Sus pisadas levantaban leves nubes de arena tan fina que parecía polvo. De noche el suelo del desierto entero se veía blanco, como si caminaran en sal. Fabián miraba a su alrededor, aunque la luz de los focos estacionarios no dejaban ver más de varios pies de distancia. Todo alrededor de ellos era una pared negra. Un abismo horizontal. Una boca abierta con ellos en el centro. La noche los encarcelaba. David, a su lado, inspeccionaba su rifle y caminaba por instinto. Escupió y dijo con tono de aburrimiento:

-¿Para qué tenemos que hacer estas malditas rondas? No es como si alguien nos fuera a invadir. Es más, apuesto un día de descanso a que nunca ocurre algo mientras estamos en esta base. De hecho, ¿cuánto tiempo es que estaremos aquí?

-Ya te dije, cuarenta días. Después nos movemos hacia otra base para hacer exactamente lo mismo. Y ojalá no veamos algo raro mientras estamos aquí, tú serías el primero en salir corriendo.

-Claro, Fabián, se me olvida que eres el valiente…

*****

-¡Fabián! Chico, te espaciaste de nuevo. ¿Me escuchaste?

El joven despertó y se sobó los ojos. Se rascó la quijada sin afeitar. Respiró hondo y botó el aire a la misma vez que comenzó a mover su silla de ruedas.

-Perdóname, Julio…

-Ya qué importa. No haces más que dormir, pendejo.

El grupo de amistades se rió en conjunto. Fabián siguió empujando su propia silla, estoico hacia el insulto repetitivo. El día era claro, la brisa refrescante. El puente por el que andaban se meneaba con el paso de los autos. Debajo de ellos el agua parecía incitar a zambullirse en sus honduras. El oleaje era rápido, la corriente parecía empujada por el aire. Todo a su alrededor tenía algo que hacer.

-Mejor pregúntame otra vez y ya.

-Te pregunté si te recuerdas de cuando nos encontramos en el hospital. ¿Te recuerdas de ese día?

-Claro.

Julio se volteó hacia las amistades que los acompañaban:

-¡Llevaba tres noches corridas llorando como una nena! Fui a su cama para decirle que se callara la boca y ahí fue que me di cuenta de que era Fabián. Hacían cuatro años que no lo veía.

Fabián ni cambió su vista del horizonte. Se le hacía fácil ignorar las acusaciones vacías. Julio acomodó su brazo derecho, guardó la mano en su bolsillo para que no estorbara.

-Tuve que quedarme con él casi todo el tiempo, porque si no se volvía una mierda solo.

-No fui el único que volvió herido…

-¡Herido volví yo! Tres balazos en el pecho y uno en la pierna. ¡Tú llegaste apendejáo’!

Los autos en el puente corrían veloz. El eco de sus motores era fuerte, tan cerca de ellos, que le incomodaba a Fabián. Sus brazos seguían empujando las ruedas de su silla…

*****

Un ruido momentáneo, como el deslice de una culebra en la grama, hizo detener a Fabián. David siguió hacia delante.

-¿Qué te pasa?

-Creo que escuché algo.

Esperó un instante, mirando la sombra gigante que parecía consumir el planeta sólo a unos pies de él. Le pareció ver algo moverse pero no estaba seguro. No pudo definir… en el borde de la luz vio la arena blanca moverse.

-Algún animal, o algo así.

-Puede ser.

Siguieron caminando. Detrás de ellos sintieron otros soldados que también tenían ronda de vigilancia. Eran de su tropa. Fabián se volteó para saludarlos y lo que recibió fue una salpicadura de sangre en la cara. El cuerpo del soldado cayó inmediatamente al piso, con un roto en la frente. A Fabián le tembló el labio. David lo agarró y se tiraron al suelo. Rápidamente se encendió una alarma y los focos de emergencia brindaron aun más luz al campamento. Estaban rodeados. Figuras negras, encapuchadas, escondidas entre las dunas y la arena, comenzaron a disparar hacia el interior de la base. Los demás soldados corrieron, esparciéndose por el perímetro como hormigas. En la luz se podían ver balas volar por milisegundos hacia ellos. Fabián miraba a su alrededor, sin saber a donde apuntar su rifle; todo se convirtió en un escándalo, un tumulto de ruidos, griterías, disparos, órdenes. Sintió el agarre de David en su espalda, jalándolo a sus pies.

-¡Sígueme!

Corrieron a ciegas por el desorden, el eco abundante a su alrededor…

*****

-Llorabas tanto que tuve que darte algunas bofetadas, para que te tranquilizaras. Estabas loco por morirte. Cuando nos dijeron que nos iban a traer devuelta yo les dije que no quería, que yo estaba bien; yo podía seguir luchando pero los muy cabrones me rechazaron.

-Tienes un brazo paralizado, Julio. ¿Qué pretendías que fuera a suceder?

-¡Sólo hace falta una para disparar! Yo todavía soy útil. No como tú, que te jodiste.

Eran los únicos dos veteranos en el grupo de amistades. Fabián se burló del último ataque personal. Julio nunca cambiará. Se detuvieron cuando escucharon un chillido de gomas y una bocina. El impacto de los automóviles retumbó por todo el puente y a todos lados cayeron pedazos de vidrio. La bocina de uno de ellos se quedó encendida, mientras el humo comenzaba a regarse por el aire.

Los muchachos miraban desde lejos, hasta que se encaminaron hacia el accidente. Todo sucedió en un instante. Un auto que venía demasiado rápido, conducido por una adolescente, se estrelló contra los carros detenidos y voló. Fabián siguió con la vista cómo el auto se descarriló y se trepó en el borde. Ondulaba entre una mitad sobre agua y la otra sobre el puente. Permaneció quieto, estable, nadie se movió por miedo de que se terminara de perder el equilibrio. Fabián observó la joven que estaba sentada dentro, aterrorizada. Ella le devolvió la mirada. Y con un crujido de metal, como un último grito de auxilio, lentamente se cayó al agua…

*****

Cayeron en un refugio pequeño, una trinchera ocupada con dos compañeros y una metralleta estacionaria. Fabián permaneció sentado y vio uno de los soldados caer muerto a su lado. David miró sobre la superficie y disparó sin rumbo con un grito salvaje. Una explosión sonó demasiado cercana y parte de los escombros se desbordaron hacia el centro de la trinchera. Fabián se cubrió la cara y trató de ponerse en cuclillas para disparar junto a David. Sus piernas lo traicionaban. Sujetaba el rifle como a un hijo. Alguien le agarró el cuello de su uniforme y lo levantó.

-¡Dispara, coño!

Fabián apretó el gatillo y lanzó balas hacia la oscuridad. Frente a él, la arena explotaba cuando las balas perdidas se enterraban. Vio compañeros corriendo, vio más muertos. David recargaba su arma.

-¡Tenemos que salir de aquí!

-¿Cómo? -respondió Fabián.

-Cuando yo te diga, corre hacia el centro de la base. Ahí estaremos más lejos. Yo te cubro. Cuando llegues, grita mi nombre, yo salgo y tú me cubres.

Fabián miró detrás de él, todo lo que tenía que correr. Las piernas le temblaban pero se preparó. En ese instante una granada cayó dentro de la trinchera.

-¡Corre! ¡Corre!

Fabián y David, ambos brincaron sobre el borde y corrieron. Un segundo después la trinchera explotó con un soldado todavía adentro. La explosión los tumbó al suelo, y Fabián escuchó un grito de David. Rápidamente miró hacia su amigo y lo vio boca abajo y gritando. La explosión le había quemado la mayoría del rostro y le faltaba una pierna. Levantó la mano hacia Fabián, llorando algo incomprensible. Fabián no podía creer lo que veía. Se puso de pie, aterrado, petrificado. David lo llamaba pero Fabián se encogía del miedo. El instinto lo sobrecogió. Dio la vuelta y se fue corriendo, dejó a David atrás. A su espalda escuchaba los gritos de su mejor amigo, alejándose de él como un recuerdo antiguo.

Corrió por encima de cuerpos, entre disparos cruzados, junto a más explosiones, ignorando órdenes que le gritaban sus superiores y llamadas de ayuda, sólo buscando refugio. Sintió un pinchazo en la cintura. Cayó desbocado. No podía respirar. Se pensó muerto. ¡Un disparo! ¡Le dieron! Agarró la arena, aunque no sentía dolor. Decidió tratar de entrar en una de las barracas. Se trató de levantar pero no podía. Las piernas no respondían. Trataba de patear, de moverlas, pero nada. Fabián gritó de llanto, gritó de miedo. Se agarró una pierna y no la sentía. Buscaba a su alrededor pero estaba solo. Sollozó…

*****

El pánico se regó por el puente. Todos fueron al borde a ver el auto hundiéndose lentamente entre las olas. <<¡Socorro!>> Gritaron. <<¡Alguien ayúdela!>> Las redes se llenaron con llamadas telefónicas.

Fabián observaba el auto. Sus amistades eran de los primeros en llegar al borde. Todos miraban desde lejos, todos pedían ayuda, todos querían algo de alguien más. Se trepó al borde, con esfuerzo extremo de sus brazos, y logró voltearse hacia el agua. Respiró hondo y se dejó caer.

El impacto le dolió más de lo que esperaba pero logró llegar hasta donde había caído el auto. Se zambulló y se empujó con sus brazos lo más que pudo. En la oscuridad del océano no podía casi ver. Siguió descendiendo hasta encontrar el auto, vertical y como una roca. Se acercó a la ventana y vio que la joven le estaba dando con sus manos al cristal. Estaba corto de aire.
Le hizo señas de que se alejara y sacó de su bolsillo una navaja. Le pegó con el talón al cristal y como un torbellino entró el agua en el auto. La muchacha agarró la mano de Fabián y se empujó hacia fuera. Siguió nadando hasta la superficie.

Fabián se empujó con sus brazos pero ya estaban débiles. Necesitaba demasiada fuerza para subirse y no tenía suficiente aire. Dejó de moverse. Flotaba entre toda esa agua libre. Hacia arriba la vista era increíble. La ondulación del agua parecía cristal. El sol era un diamante vivo. Acá abajo los sonidos y los recuerdos se amortiguaban. Todo se alejaba. La realidad no dolía.

Fabián sonrió.

El día realmente era lindo hoy. Y por primera vez en mucho tiempo, Fabián no sintió miedo.



Rarely is there a chance to read something that is so intricate in it's design, so perfect in it's scope, that leaves the reader in complete awe at the turn of the last page. If someone is ever named a 'master' at portraying emotion in a character, it would undeniably have to be C. J. Cherryh. There's something so real about this story, that it makes you feel, like few other literary works can do. And that is why this trilogy is borderline perfect.

Too complicated to summarize, let it only be said that this is a classic Sci-Fi story, with intergalactic travel, spaceships, racial feuds, good guys and bad guys; albeit the 'good guys' aren't exactly good, but at least as good as a feudal race of mercenaries could ever get to be. But quietly placed in it's pages is a subliminal drama that gives complete life to the story. In the whole trilogy, the main character uses his 'blaster' a total of about two times, and likewise for his sword. Right off the bat, this is extremely weird in a sci-fi novel, considering the standard overdose of action that stereotypes this genre. But she makes it work. She plans everything out in a way that leaves all actions unquestioned. You do not doubt her methods and trust me, it all pays off in the end.

Now, for those who have read C.J. Cherryh before, this is a standard Cherryh Novel. And for those who've never read from her, let me describe the type of novel that she writes. It is SLOW. Don't pick it up thinking you're going to read star wars because you'll be extremely disappointed. However, trust me, this is normal for Cherryh. This is an epic story that spans years in the process, and it's true beauty lies in the characters. There's no flashy lights, no fancy swordplay (except in the last book, which is unspeakably awesome) and no geeky techno-babble either. This is not 'hard sci-fi', at all. This set of novels is a complete immersion into a group of complicated psyches, that may seem a little simplistic at first but piece by piece they unlock the true genius of the work. You'll get to understand and actively speculate in the political and social factors of each of these species', and what the actions from the novel could mean to the stability and condition of all these characters, even the galaxy.

So, why are these characters so cool? The book portrays three main races, the Humans, the fat evil ones, and the Mri. The humans are the same as ever, the bad ones are kind of like a 'Jabba the hut' but even more conniving and powerful, but the Mri... The Mri are quite possibly the best society ever put on paper. It is a delicate combination of a feudal structure and martial arts, which strikes a perfect balance. They are ninjas, mixed with Rorshack and a few Drow. I think no other race is explained as much as this one, and in good reason. The Mri are so complicated, you'll sometimes read a whole chapter that describes a simple activity they do, and once your finished you realize just why that was so important. Everything they do is for a reason. And if you like them, then the last book will amaze you.

The story follows a human who is 'abducted' by the Mri, and eventually becomes one of them. This process, however, is the most grueling and sometimes scary thing that happen in the novel. But once it does, you'll be screaming in thanks at the author for writing something so good. Of course, there are problems in the galaxy and things that might bring doom to everything, and people who save everyone, but all of that somehow takes a backdrop setting in comparison to the internal drama of the main characters.

There are just no words to fully describe the effect that these novels have on the reader. They are fully recommended and are bound to leave you breathless after the full read.

La llamada

La luz tenue de una vela parpadeaba en el cuarto pequeño. El clima caliente parecía mantener todo a una distancia, como si quisiera proteger el habitante acostado en la cama. Nada se movía, nada se escuchaba. Ni el viento entraba por la ventana, abierta de par en par. Sólo la luna esperaba en las afueras, manteniendo la noche bajo control, vigilando al sacerdote sentado junto al joven.

-Tengo miedo.

-No temas -dijo el sacerdote-. Sólo es una transformación hacia algo mejor. Ya veras -Sus ojos arrugados transmitían paz y sabiduría. Detrás de ellos escondía el sentimiento que lo atravesaba desde que se sentó con él, pena.

-¿Me dolerá?

-No, hijo. Tranquilo. Ni te darás cuenta cuando finalmente ocurra.

El sacerdote le lavó la frente con una toalla húmeda. La piel era demasiada blanca, meses sin salir de la casa. Le peinó la cabellera marrón y observó su reflejo en los ojos azules que lo miraban.

Llevaba sentado con él varias horas, escuchándolo entrar y salir de la conciencia. Lo vio llorar, lo escuchó disculparse por tonterías de la juventud -una vez le gritó a su madre, otra vez se robó unos zapatos-, le prometió que esos no eran pecados, le leyó de la Biblia, trató todo para consolarlo.

-No quiero, no quiero morir…

-Morir es bueno, Julián -apretó sus dedos-. Llegarás antes que todos nosotros al paraíso. Te espera el padre de todos, Dios, y te quitará todo el dolor por siempre. Reza, reza y te sentirás mejor.

Julián sudaba con un furor increíble. Sus brazos temblaban, todo le temblaba. Respiraba con un pito penetrante. Los dientes chocaban. Agarraba la sabana con un puño. Tosía algo mojado y lo tragaba inmediatamente. Cuando dormía, su cuerpo lograba descansar un poco, antes de volver a comenzar el temblor nuevamente.

El sacerdote, Manuel, suplicaba que se terminara esto pronto. Le pedía con el alma a Dios que se llevara el muchacho ya, que era demasiado para él soportar. En los arranques de dolor, Manuel escondía su rostro para no ver.

Horas y horas de dolor, de llantos, de súplicas, de preguntas, de oraciones… y sólo necesitó un momento para morir.

El cuerpo quedó quieto, tieso. Los ojos mirando al techo, la boca abierta en un grito que nunca salió. El pito de sus pulmones dejó en su lugar un silencio tétrico. Los dedos, que un segundo atrás apretaban la sabana con tanta fuerza, ahora parecían un esqueleto frágil, parte de una estatua de polvo sin color.

Manuel lentamente le cerró los ojos y sintió una brisa fría llenar el cuarto. La respiró y sintió su cuerpo llenarse de una energía que no podía explicar. El cuarto tenía paz, el silencio era tranquilo. La luz ya no parpadeaba, ahora era constante, tan fuerte brillaba la vela que por un instante dio la impresión de que era de día.

Manuel permaneció sentado por unos minutos. Sus piernas le dolían y se sentía fatigado. Uno más para ti, Señor…

El cuerpo de Julián se torció. Convulsionó por un instante, soltó un grito que rompió con el silencio, con la brisa y con la luz. Manuel miraba el cuerpo con terror. Los dedos de Julián se enroscaron en la sabana. Temblaba y por más que Manuel tratara de sujetarlo, sus extremidades seguían fuera de control. Grito tras grito, Julián terminó en un ataque de tos que lo derribó contra la cama. Manuel lo ayudó a controlarse y le pasó la toalla húmeda por la cara pálida.

-¡Padre! ¡Padre! -gritó Julián.

Manuel le puso las manos sobre el pecho, y le pidió que por favor se tranquilizara.

-¡Padre! ¡Padre! -seguía Julián. Le agarró el cuello al sacerdote y lo acercó a su cara. Manuel sostuvo la mirada fija, sin saber qué decir-. ¡No hay cielo, padre! No hay cielo…

Tenía los ojos irritados, lloraban lágrimas sin razón. Manuel trató de alejarse de las pupilas dilatadas de Julián, círculos enormes, esferas negras que lo consumían.

-¿De qué hablas? ¿Qué te pasa? -contestó Manuel. No podía alejarse-. ¿Cómo que no exis…?

-¡No existe el cielo, Padre! Escúchame… Todo es oscuridad… Todo es negro… Lo vi todo, ¡lo vi!

-¡No te entiendo!

-Cuando morí, padre. Vi lo que nos espera. Estaba solo, frío. Era un lugar negro, sin sonido… ¡era nada! ¡Estaba en la nada! No había luz, ni ángeles, ni Dios, padre… ¡No había Dios!

-¡Imposible! Mientes…

-No podía sentir, ni respirar, no podía hablar aunque gritaba por ayuda. Resé, padre. Resé y resé, quería pedirle a Dios que me sacara de ese sitio, que me llevara con él, pero no podía salir. No podía pensar, no me podía mover... Estaba solo en ese vacío horrible... Hasta que vi una luz, una gota de luz que se me acercaba. Se abrió suave, como una flor y cada vez más cerca. Pensé que era él, padre. Pensé que era Dios… pero estoy aquí…

El agarre de Julián suavizó lo suficiente para que el sacerdote se soltara. No podía creer lo que decía Julián. ¿Cómo era posible? Nada… Lo vio morirse y… ¿No había Dios? Imposible…

-No quiero volver, padre. No quiero volver a morir. Por favor, ¡sálvame!

Manuel ya no escuchaba. No podía creer… Dio la espalda al joven y salió del cuarto. Corrió por los pasillos, dejando atrás los gritos de angustia y las súplicas que retumbaban por las paredes. Tenía que salir. Tenía que respirar aire fresco. Empujó la puerta y por poco cae de rodillas en la tierra. El corazón palpitaba rápido, tan rápido, lo escuchaba, lo sentía…

Corrió en cualquier dirección. No le importaba hacia donde iba. Sólo necesitaba caminar, salir de allí, alejarse. Tenía que pensar. No podía ser. Él sabe que todo es real. Él sabe que Dios es real. Mentiras. Todas esas señales que recibió… ¿Cómo puede ser todo una mentira? ¿Qué señales? ¿El viento, la lluvia, la luz…? Toda su vida…

Llegó a una serie de rieles. Las llamadas de los trenes se escuchaban en la distancia. No puede ser. Tanto tiempo perdido. No puede ser. Imposible. Todo lo que ha estudiado, todo lo que ha visto, ha vivido, cómo puede ser que le mintieron. No podía ser…

Se colocó en el centro del carril. Vio el tren venir. La llamada.

-Te reto…

Y aceptó el golpe.

Hey, dude, Death here calling about today. We were supposed to meet at around two o’clock, but you weren’t there. Hope everything is all right. Been waiting here and calling you for a while now, it’s two thirty, but I haven’t been able to reach you yet. Just wondering where you are… Um, so, yea just give me a call when you can. You know, have to be over at the retirement home by five and the last pickup for the Middle East is at nine, but that can wait. I usually just pick them all up in the morning anyway. And then the line at Registry is always a little too long for my taste if we get there late. They always make me wait extra… So, um, please let me know if there’s anything wrong, I can see if there’s anything I can do to speed things up for you. I really would like to get home early today, so please don’t take too long to get back to me. Been having one of those days, you know. Long lines, late arrivals, refusals, wrong targets… I’m just really tired and I’ve been getting these headaches lately, like huge. Haven’t been getting much sleep either. Maybe that’s it… But, anyway, um, yea just call me, or something; I don’t know how long I can stay here. Everyone’s acting all weird around me. As if I’m the weirdo down here. Someone should teach these people some manners. Well, let me know when and where I can find you. Hopefully it’ll be sooner than later. Thanks, Death.

LOL

Me dijo que no lo podía conseguir pero aquí está!





Por favor no me odies! ;)

El anciano se bajó lentamente del automóvil. La suspensión del carro no se vio afectada en lo mínimo por el peso liviano del viejo. Cerró la puerta con un esfuerzo leve y comenzó a acercarse con un paso suave hacia el establecimiento. Cada paso era un movimiento doloroso para los observadores. Sus pies, frágiles y temblorosos, se levantaban sólo centímetros del suelo, antes de acelerar algunos hacia adelante. Se quedaba quieto después de cada pisada. Respiraba una vez y preparaba el ánimo para mover el bastón. Tenía los ojos cerrados y se mordía los labios con cada esfuerzo.


Así hacía con cada paso. Se tardó una eternidad en llegar a la puerta principal. Su mano se extendió, como una rama débil azotada por una tormenta, y antes de poder agarrar el manubrio de la puerta, un galán, vestido con gabán y corbata y tres teléfonos celulares en la correa mientras hablaba por un bluetooth en la oreja, se le aceleró y empujó la puerta para entrar primero. El viejito por poco cae desplomado en la acera, si no fuese por una joven que lo sostuvo. La joven le gritó malas palabras al muchacho ejecutivo, quien la ignoró y siguió adelante con su conversación.


La señora le abrió la puerta y él le contestó con una sonrisa, una expresión parecida a la de un recién nacido. Los ojos casi cerrados y la piel arrugada de sus labios extendida de un lado de la cara al otro. La sonrisa era tierna y agradecida. Le brindaba paz y a la misma vez le decía: <No te preocupes por esos imbéciles. Cuando crezcan, se darán cuenta de que no son tan importantes como el mundo les hace creer>


La joven lo ayudó a entrar y lo acompañó hacia la barra. Ella comienza a pedir tres órdenes separadas, para sus compañeros del trabajo, pero se detiene cuando ve al viejito parado detrás de ella, casi dormido en sus pies.


Ella le señala para que coja su turno primero.


-Adelante, vaya usted primero, que yo tengo tres órdenes separadas y me tardaré un poco.


El viejo se despierta y le sonríe. Le contesta:


-Ah, bueno. Entonces, gracias por cederme el turno.


El viejito se acerca lentamente a la barra, saca de su bolsillo un pedazo de papel y le dice a la barrista:


-Hola. Me llevaré trece Mocha Frappuccino’s cuatro de ellos que sean Light blend y con dos extra shots de café, once chocolates calientes, quince Charamel Macchiato’s, cinco Cappuccino’s con leche nonfat, trece Latte’s, un posillo negro, 6 Brewed Tazo Tea’s, tres Tuna Wraps, dos botellas de agua, catorce…

Tom awoke

Tom awoke at exactly 8:15 in the morning.

His eyes did not open gently. His senses did not return with the usual morning delay. His mind did not carry remnants of his previous dream.

He simply awoke.

He sat on the bed and looked out the window. His one room apartment had only one view: an alley.

How many hours had he spent already in his limited lifetime looking out this particular window, at this exact time, every day of his life? Looking at the same dark corners; at the same damp dumpsters; at the same hookers who prowled even at this time of the day.

It was pathetic to him.

He stood and carried out his usual morning routine: undress, shower, shave, brush, dress, comb his hair, make breakfast, clean the dishes afterward, polish his only pair of black shoes and put them on.

He checked the calendar, even though he knew exactly what day it was. He had been dreading this very day for the last year. Every time he went to sleep and woke up the next day, the only thought that raced through his mind was that he was one day closer to this particular day.

And yet, a part of him was anxious to have arrived at this exact point in time. A part of him wanted today to happen. A part of him was happy that he had chosen this day of all the other days and that this day was finally here.

Today he would decide what to do with the world.

Even though he wasn’t exactly sure if he could actually carry out today’s plan, nothing but that simple fact edged him to stop and consider everything all over again. And that little doubt in him was not enough to convince him to change everything again to another day.

This was the day.

At 10 am, exactly, he walked downstairs and, as he passed all his’ neighbors doors, he tried not to pay attention to all the screams and shouts coming from these ‘kind of people’.

He continued downstairs and finally reached the outside driveway. Would he drive or walk? He thought walking might be more pleasing, considering he might never do so again, and decided to take a stroll. He always enjoyed looking at the people who passed him by. He enjoyed trying to figure out if that person was happy or not. You can tell a lot about someone from the way they treat you on the street. Men bumped against him, as they passed him by. They never even seemed to notice he was there, but he was used to this; Women with too many shopping bags, and still finding a way to talk on their cell phone, never even glanced at him as he smiled at them from 2 feet away; Children too enthralled by their own musings to look up at the man walking beside them; Animals picking at whatever scrap they could find on the street or in the trash. All this he was used to. But that didn’t make it right, anyhow.

Everywhere he looked he saw people who didn’t look back; people who didn’t smile; people who didn’t seem to remember that we are here together in this place, to live together, to be together, to know each other’s names, to, at the very least, acknowledge each other’s presence and communicate some greetings.

People who don’t care about other people.

And this was precisely why today was important.

For the past five years he had been waiting, waiting, waiting. He had constantly changed the date, hoping everything would change. Hoping that people would change. He read books, saw movies, went to work and had his occasional fancy dinner – by himself, of course. He didn’t really have any friends. He saved money, spent money, gave away money and even burned it one night to keep an old man’s burning fire aloft. He traveled, he stayed, he wrote, he filmed; he took pictures of everything he liked and meticulously framed them to later on place on his picture collection. But most of all, he watched, he wept and he waited. Every single day of his pathetic, little existence, he cursed the heavens for putting this burden on him. He thought of ending it himself. Just go out one day and do it. But it had frightened him too much. His body had felt like never before and in that split second he seemed to know everything and everyone. He felt close to everything. At least he thought he did. He stopped after the first shift in sensations and cowered back to his apartment. Since then, he promised himself he would never do that again unless it was the right time.

And by what he was seeing today, that time was now.

He thought of what to do. What would be the last thing to enjoy before he destroyed everything? If that’s what would really happen, which Tom had no doubt it would.

Ice cream.

He would eat ice cream.

He loved ice cream the most, out of all foods. Kind of simplistic, come to think of it. Of all the foods in the entire world, he picks ice cream. However, conveniently, he can find ice cream in a store right in front of him. As he heads towards the ice cream shop, he continues to think of everything he sees. How would it be if everything were perfect? Would we actually be better? Would that utopia lead us to greatness or stump us in a stupor from which we could never recover? Is this constant war with oneself; this self righteousness we don’t deserve; this feeling of hopelessness that drives us to want to die; this desire to want more; this fear of everything we can’t control… is all this exactly what makes this society, this race of human beings, great? Should we be excused of our ways of living our lives, simply because we must be wolves to survive? If we lived in utopist societies, would those feelings still exist?

What about love?

What about love?

Love is merely an illusion; a sense of complacency; a way of ‘giving up’ on an alternate future that perhaps would have come out better for you. Love is a way of not having to deal with life in a much broader spectrum. It’s an anchor.

Fuck love.

Tom sees no love in the people who pass him by. Tom sees no love in the people who don’t even know he exists. But that’s precisely it, isn’t it? People are not supposed to love others, simply because they know them. Love, in its true form, should be a shared ‘thing’ that everyone must feel reciprocally. Love shouldn’t have bounds. Whether we know them or not; whether they’re poor or rich, dirty or clean, everyone should love each other unconditionally.

But now Tom doesn’t have to worry about that anymore. He’s going to eat ice cream. On the way to the shop, he realizes he has no choice. Today is the day he must decide. He thinks of pushing it back another year, but quickly ignores the thought. Something miraculous would have to happen to change his mind.

He’s going to miss ice cream.

He sits in a corner with a view of the outside, as he enjoys this delicacy. He savors every spoonful and wishes with all his might that he’ll remember that taste, whatever happens. Outside, the oblivious world is the same.

When he’s done eating, he sits there for a while, staring at the world one last time. The clouds are beautiful. The sky has that perfect shade of blue that still confounds normal people. The winds grazing the grass and the leaves in an enormous tree makes him want to dream of all the different possibilities his life could have taken. Had he married and had kids, would this moment be any different? Had he found someone to share his life with, would he still go through with this? Would he still be a pathetic wimp with a pudgy gut, a receding hairline and glasses?

He wished he could see his parents again. But they were dead. They were the happiest people he knew. If he ever had a life and love like that couple did, he probably would have been more like his father: A hero to someone else’s eyes.

But this was it.

Now was the time.

The present was now and he was not a hero.

He was a pathetic wimp with a pudgy gut, a receding hairline and glasses.

He took a deep breath and walked outside.

He stood in the middle of the road.

This is how it’s going to happen.

He closed his eyes and breathed deeper. He started to get in touch with his inner strength; that energy that he had glimpsed just once before and wept before it.
He felt his senses tightening. He could feel it again.

It was growing. His body was sensitive to everything.

He could feel, smell and hear everything. He felt warm. Hot, actually.

He saw the light that had grown within him before.

It raced from his inner consciousness and rose towards him like a speeding train through a dark, wide tunnel. He felt it. It was going to come out.

This was it. He had never gone any farther.

Suddenly, he realized he had been wrong. It was not his senses that changed, but himself. He changed. He was now a part of everything. Everything and everyone was he and he was they. He could see into them. He could feel as them, think as them. Everything turned into one. One consciousness.

One life.

One death.

He felt the warmth rush through his skin, cascading out of him like a river. He felt the energy shift as it traveled.

And then, as he opened his eyes and smiled, it was over.

I never thought I'd ever get the chance to see the words 'Redneck' and 'Literature' penned together in the same sentence. Much less in a good way. And I dont mean 'Redneck' with any kind of bad connotation. What Richard has done in this book is truly astounding. I had read stories about 'country life' and we've all seen movies showcasing this type of lifestyle, but this was the first time, at least for me, to ever read stories about rednecks, as if told by rednecks.

And they are good.

From the beginning of the very first story, to the end of the last, Richard manages to keep you entertained, pampered and motivated. His choice of words is extremely complex, not in its language, but in it's intricate form. After reading this book, if you don't know how to make long sentences then at least you'll know what they look like. There are sentences here that span pages! This alone is very interesting. But the true genius in these stories is how Richard manages to keep you intertwined in the characters and the separate plots.

Each story has a multitude of separate plot lines that break off and unite somehow to give you a picture of an organic, real story. The characters feel alive, the dialogue is credible and the environments are described in just the right amount of space. Even if the narrator is a small child, by the end you feel like you know exactly what he's talking about. You understand them, you feel for them. Everything in this book feels like it's going to keep growing and living on even after you close the book, like a small cosmos living inside it, functioning all by itself. When you open the pages, they all stare up at you and after a while simply start talking, filling you in on the recent events. I'd like to think that twenty years from now, I'll open that book and find out what kind of men the kids from Strays became, or if Genius is still floating on the beach, or if they managed to fix the rocket ride.


But the true genius in these stories is how Richards manages to keep you intertwined in the characters and the separate plots.

He tells aspects of a story without mentioning them. After a few details of dialogue, a part of the background suddenly shifts and gives you a peek at something that gets your attention but doesn't pull you away from the main plot. Like listening to a story told by a little kid about a guy with no face, who only appears when you least expect him, but in the corner of your eyes you see a reflection on a mirror of a man looking at you. You can't tell if it's him, because you don't want to look away from the kid, but hes there! Looking at you. And you know it's the man with no face. Maybe it's a bad example, but I hope you understand what I mean.

These stories span from tragically sad to absurd and funny. There's just something about a horse shooting gas from both ends at the same time that sticks in your brain for a while, you know? Genius is one of the best stories I've read in a long time. But i think the best of all is the first one, Strays. This one is just magical. Apparently it's some kind of fan favorite.

I have to be honest, I didn't know anything about this book or author when I found it. I thought it would be some kind of fantasy or sci-fi thing. But it turned out to be something so different and refreshing, that I wish I had read it when it originally came out. I recommend getting it, if you can, downloading it or whatever. These are stories that should be shared. I'll definnetly be looking for more works from Mark Richard.

Admito que Quiroga es mejor que yo pero siempre me gustó su interés en los animales. Así que aquí va mi intento a hacer un cuento con animales:


El rey Dionisio


Los esclavos prepararon la última comida del día y se mantuvieron alerta a las ordenes del rey Dionisio. Cuando llegó al comedor, inspeccionó el banquete y sentó su cuerpo orondo en una cama, dado a que no existía una silla que pudiera soportar su peso. Sus brazos no eran largos suficientes para abrazar su gordura, así que tenía sirvientes entrenados para que le empujaran toda la comida que pudiera engastar en su boca. Los demás esclavos, cubiertos sólo por una tela sucia amarrada en la cintura, observaban con penuria mientras la comida se desaparecía frente a ellos.

Al terminar de comerse el banquete solo, le tiró un pedazo de pollo a los sirvientes y llamó a las esclavas para que lo bañaran. Los sirvientes se repartieron el pollo entre ellos y saborearon el único mordisco de comida que tendrían en el día.

En las afueras del castillo, los habitantes del pueblo y los animales carnívoros de la jungla se mueren de hambre. Todas las mañanas, los grupos de cazadores del rey entran en la jungla y recogen todo lo comestible para guardarlo en un almacén privado.

Esa noche, los tigres, teniendo hambre y nada para comer, olfateaban ferozmente siguiendo el único rastro de carne que encontraban en el aire. Se reunieron frente a las entradas del pueblo, donde ocurrió una recolecta de todos los animales hambrientos que fueron llamados por la comida almacenada del rey. Invadieron el pueblo y corrieron por las calles gruñendo y salivándose, dirigidos directamente hacia el castillo. Ignoraron los residentes, que se escondían en sus casas y miraban por las ventanas la ola de alimañas y cuadrúpedos salvajes.

El estruendo llegó hasta el cuarto del rey, donde dormía en una cama enorme, y lo despertó. Sin poder ver lo que ocurría, ni poder salirse de la cama solo, gritó a sus esclavos para que lo buscaran pero nadie fue. Los esclavos y los sirvientes se escaparon cuando vieron los animales feroces regarse por los pasillos del castillo y mordiendo cualquier persona que encontraran de frente. El único que quedaba dentro era el rey Dionisio y temblaba con miedo, lloraba porque nadie lo fue a rescatar.

Después de apoderarse del castillo, el tigre más grande caminaba lentamente por un pasillo, buscando la comida que sentía tan fuerte en su nariz. Detrás de él, otros lo seguían, hasta que llegaron a una puerta abierta donde vieron una cama enorme, con un cuerpo gigantesco acostado. Los tigres se lamieron los labios mientras se subían a la cama del rey. Dionisio les tiró con cojines, les gritaba, trataba de ahuyentarlos pero lentamente más y más tigres se treparon encima de él. Cuando escucharon los gritos, los esclavos sonrieron y abrieron las puertas del almacén para repartir la comida entre los del pueblo y los animales.

El joven se acerca al cristal. La boletera lo mira con angustia y aburrimiento.

-Dos, para Ten Thousand B.C.
-¿Cual? –dice ella, confundida.

-Diez mil B.C.

-¡Ah! Los diez mil años de Cristo…

-¿Perdón? ¿Los qué?

-La película que dijiste…

-¿Diez mil años de Cristo? –el joven mira a la boletera con una risa en la cara-. ¿Cristo vivió diez mil años? ¡Con razón la Biblia es tan larga!


Todos en la fila se comenzaron a reír de la boletera y a mofarse de la ridiculez de unos diez mil años de Cristo.


-¡Esa película debe ser bien vieja, porque todavía no han pasado diez mil años desde que vino Cristo!


Más risas, más mofas. La boletera mira a su alrededor sin saber qué decir. Sujeta los boletos del joven, inmóviles en su mano. Más risas, más mofas. Le apuntan con el dedo y se ríen. Todos en la fila se ríen, todos se dan palmadas en la espalda, todos se doblan por la falta de respiración. Los empleados al lado de ella también se ríen. Todos se ríen. Un señor cae al suelo, su mano en el pecho, tosiendo y riéndose a la misma vez. Los demás se ríen de él. Una joven cae al lado de su novio y se trata de abrir el cuello para respirar pero no puede dejar de reír. Su novio se ríe y pronto cae desplomado encima de ella. La cabeza de uno de los empleados cae sobre el escritorio, con la lengua seca y por fuera. La fila se descompone, las risas se reducen, más personas caen y los que quedan vivos vomitan sobre los cuerpos a sus pies. Se ahogan y mueren.


La boletera mira a su alrededor desierto. Los muertos están apiñados unos encima de otros, cubiertos de sangre y vómito. Las extremidades dobladas en ángulos incómodos, no tuvieron tiempo para acomodarse. Los mira y se ríe.





The most awesome thing happened in Bangkok (that's an awesome name for a pornstar, as well).

There was an autistic kid in a balcony, unwilling to move for anything or anyone, because he didn't want to go to his first day of school. So a fireman, Sonchai Yoosabai, dressed up as the friendly neighborhood SPIDER MAN!

The kid saw him and stared in awe at the grandiosity of his favorite superhero come to life, and come to rescue him, nonetheless. He ran into spidey's arms and joined the rest of us mechanical morons in a concentration camp of selective programming.

He also has an Ultraman costume. This guy is either very cool, or lonely...

Robots have always been an awesome topic for discussion. They dwell on the matters of fiction and hope.

Here's a bunch of really cool robot drawings and pictures, which I found to be very entertaining. I wonder what Asimov would think of them...

Andando con tranquilidad y paz interna, dándome cuenta de lo hermoso que es el día, zumbando una tonada en mi mente, saltando con alegría y felicidad, una sonrisa apoderándose de mi cara, el viento rozándome la cabellera, el sol calentándome la piel, mirando con interés el vagabundo que venía acercándose lentamente, mientras yo iba saliendo del correo central, me detengo para cederle el paso.

Me agarra la mano, me habla con una voz ronca y aliento apestoso:

- Con su permiso, ¿conoce de algún trompetista?

Por tres segundos lo miro, mi mente en blanco.

- No.
-Ok, gracias. Tenga un buen día.

Todavía no entiendo…

Sorprendido nuevamente por un grupo de morones, decidí escribir sobre lo recién ocurrido. Sentado en un salón, atendiendo a un seminario que dice ser animado por genios en la materia, mi disolución se apoderó de mí una vez más.

El tema era una discusión acerca de la ‘importancia del lector, en el producto final del escritor’. Honestamente, fui con toda la intención de que me dieran en la cara con un paradigma. No podía creer lo que escuchaba. Los ‘escritores’ (Y lo escribo con comillas porque ninguno de esos que habló era un escritor real. No que yo lo sea, porque no lo soy.) que manejaron la conferencia dijeron que llegaron de repente, como un relámpago, a una verdad definitiva. Que se dieron cuenta de algo, que al principio se les hizo difícil entender y que cambiaría por siempre la manera de ellos acercarse a la escritura. Y querían dejarle saber ese secreto a todos los demás escritores.

Y aquí está el secreto, se los voy a decir:

EL LECTOR ES IMPORTANTE.

Sí. Leíste correctamente. ‘El lector’, se dieron cuenta nuestros líderes literatos de esa noche, es importante porque él (utilizaré ‘él’ para hacerme la vida más fácil pero creo que todos podemos entender que las mujeres también leen, así que no tengo que escribir ‘él/ella’) determina si le gusta o no lo que lee. Y si no escribes algo que los lectores estén buscando, no van a querer leértelo. Por consecuencia, no van a comprar tu libro.

Sentado atónito en mi silla, mi mente me urgía a que saliera corriendo del sitio porque la estupidez era tanta que se quería apoderar de mi ser.

En un nivel entiendo de donde surge este descubrimiento. Muchos escritores ANTICUADOS escribían lo que ellos querían, cuando querían y cómo lo querían escribir. No tenía un enfoque de vender, de satisfacer al lector, de hacerse millonario, etc. La musa era una cosa libre y escribir era un arte que lo hacían por sí mismos, para su propia diversión y sin importarle la opinión de otros. ANTES el mundo funcionaba así.

Pero AHORA, en el siglo 21, donde TODO a nuestro alrededor se ah convertido en un batalla continua de dominar mercados, de ventas vs. costos, servicio al cliente, depreciación, tecnología, educación mediocre (o peor), rapidez, trabajo, ingresos, inversiones, dinero, dinero, dinero, dinero, dinero, celulares, PDA’s, Internet, dinero, dinero, dinero, dinero, comemierdería, autos, estudios de viabilidad, intereses, bancos, dinero, dinero, dinero, dinero... se me hace imposible creer que no habían llegado a esa conclusión antes.

Todos se ha prostituido.
Todo se ha convertido en una manera de sacarle dinero al cliente, y tú hacerte dinero.
Todo se dañó, por querer poder vivir de eso.

TODO EL QUE QUIERA VIVIR DE ALGO QUE NO DEJA DINERO, VA A BUSCAR LA MANERA DE TRANSFORMARLO EN UNA HERRAMIENTA PARA SU PROPIO BIEN. SIN IMPORTARLE LOS EFECTOS QUE SUS ACCIONES TENGAN EN ESA MISMA COSA QUE TANTO ‘QUIERE’.

Ese es el mensaje de la educación moderna.
Y ese es el resultado: el mundo de hoy.


Mass Effect 2 has been announced for release in early 2010!!
For those of you who don't know, this is an amazing open-ended Xbox 360 & PC game.
Think Knights of the old republic PLUS awesome space travel and gun battles.

Here's the teaser trailer!


Hey, why not? Turtles are super cool. And they know ninja moves.

There’s just something about a tombstone, isn’t there? A sense of finality. Closure. A dawning of realism that drives you down and pummels you into the ground deep enough so you don’t float away into your thoughts. The clearing of throats; the muffled sniffles; the mourning sobs; the sudden frowns and turning of heads when a cell phone explodes into a ringtone of “Living la Vida Loca”; the innocent children laughing and playing in the grass, unaware of what’s going on.

Even the wind seems to carry around a weight on its shoulders. Almost like it’s embarrassed of having to rush itself through the crowds and over their beloved buried ones. It carries a smell with it too. It tastes bitter and a little fruity. Maybe it’s trying to cheer us up. Maybe it knows what lies in the afterlife and it’s trying to tell us not to worry. Or perhaps it’s telling us nothing, because it’s just wind.

The air is always cold; the weather is always damp.
Everything just feels ruined.

The trail of cloaks and dresses sway with the force of the wind and, with it, the sorrow of some of those attending sometimes lifts up and leaves their bodies. If only for a few seconds.

It’s always hard to offer comfort, when one is also affected by loss.

For those affected the most, it doesn’t even begin to sink in until a while later. They still see the world in a haze, a shroud clouding every thought and every facet of reality; still in denial in front of death. Still thinking they’re going to see those hands reach up and ask for help. And they’ll come running. They’ll run down that ditch in a second and lift them up to the world; lift them up to safety. But, alas, it ends with a shovelful of dirt and a droplet of rain.

No wind, or rain, or ringtone can bring them down to earth like a tombstone.


En el año 1864, cuando todavía la ciencia general no había alcanzado el nivel de productividad con el cual se aceleró en el siglo 20, cuando tal vez no había capturado el interés del público general, un autor célebre Francés escribió “Viaje al centro de la tierra”. Influenciado por ‘Charles Lyell's Geological Evidences of the Antiquity of Man’, un libro que influenció a varios otros escritores, Jules Verne escribió una obra que lanzó la humanidad hacia el futuro.

El genero de ciencia ficción, como se conoce en el siglo 21, era casi inexistente cuando Verne escribió esta novela. Por ende, los factores por los cuales se caracteriza este genero en la actualidad no se encuentran. El contenido no está lleno de violencia rápida y no es tan orientado a la acción, las batallas, etc. El texto se lee rápido, pero gira más en torno a la aventura y a los descubrimientos que hayan los personajes en el camino, en vez de batallas increíbles. La experiencia de esta lectura es más como una clase de arqueología interesante, no tanto como una película que desborda con sangre. Logra entretener al lector solamente con el contenido detallado y refrescante. No utiliza muchos recursos adicionales.

La trama es bastante lineal; un suceso lleva a otro, sin momentos confusos. Se concentra en tres personajes, lo que hace la historia fácil de seguir, y el desarrollo de los personajes bien personal. Es narrada como una anécdota, por lo que un lector astuto puede adivinar que, por lo menos el narrador, sobrevive. Mientras la historia progresa, los descubrimientos y los peligros amplifican en intensidad, creando una anticipación en el lector que va aumentándose sutilmente y llega desprevenida.

En la obra de Verne, se puede notar el lenguaje antiguo del siglo 19, pero no se apodera del contenido. No abunda con palabras innecesarias, y va directo al grano. La síntesis se puede ver claramente, lo que puede significar influencias, o interés, en la literatura moderna. El primer indicio de la síntesis se puede notar en el título. El título es un resumen de la novela. Con leer el nombre, se sabe inmediatamente lo que ocurre en la historia. No utiliza retóricas, símbolos, ambigüedades, etc. No pierde el tiempo del lector.

La novela es narrada en primera persona-secundaria, un punto de vista inusual y difícil de utilizar. El sobrino del científico Lidenbrock, Axel, nos cuenta la aventura como si él mismo fuera un personaje secundario. Esto no significa que no tiene importancia en su relato.

Verne no rompió estándares lingüísticos y no creó un personaje que perduró en el tiempo. Lo que sí hizo fue escribir una novela que fue reconocida mundialmente, que influenció un genero literario y que lo llevó a ser considerado por muchos como el padre de la ciencia ficción.

La novela cuenta la historia de un descubrimiento científico increíble y de la aventura de tres exploradores -Lidenbrock, Axel y Hans-, llena de peligros, acción y elementos fantásticos. Todo ocurre en el año 1863. Aunque comienza la historia en Hamburgo, los personajes viajan a diferentes áreas de Europa, hasta llegar a Islandia. Desde este momento en adelante, los personajes reanudan su trayectoria dentro de las cuevas y los tubos subterráneos de un volcán.

Cuando el profesor Lidenbrock se apodera de un libro antiguo islándico de Snorri Sturluson, quien supuestamente había encontrado la manera de llegar al centro de la tierra, se obsesiona con descifrar el texto. Finalmente logran obtener las coordenadas precisas, y con la ayuda de un guía llamado Hans Bjelke, encuentran la entrada al primer túnel por el cual comienzan a descender. A medida que atraviesan diferentes túneles y pasadizos, encuentran evidencia de las diferentes etapas del planeta tierra y de las diferentes especies que abundaban en el pasado.

El texto ha sido tan debatido que realmente es casi imposible dividir cuales son los temas centrales y cuales no. “El viaje hacia el centro de la tierra” se puede interpretar como un reto a la ciencia de esos tiempos. Muchos lo consideran simplemente un elemento simbólico. ¿Era el viaje hacia el centro del mundo en realidad un viaje hacia el centro de sí mismo? El querer explorar, aventurar, encontrar, esas ganas íntimas del profesor, se pueden mirar como una búsqueda hacia el centro de él; una búsqueda interna. Puede representar la investigación infinita de la ciencia; evidencia de que siempre hay algo que buscar, que encontrar, que no se debe quedar la sociedad complaciente en un punto en el tiempo.

Tal vez se ha complicado la teoría de esta novela a una severidad que no era la intención del autor. Por eso todo es una especulación. No te quedas con un sentimiento de moraleja, no sientes que hay unos valores que el autor te está queriendo empujar. Tal vez sólo es una aventura que entretiene.

En mi opinión, el conflicto principal de los personajes es la supervivencia; tienen que salir vivos. El profesor se concentra tanto en su búsqueda, que a veces, si no fuese por sus acompañantes, hubiera muerto. La obsesión inicial, de ver si realmente existía un camino hacia el centro del mundo, se convierte en una lucha continua para sobrevivir. Creo que el tema secundario podría ser algo tan simple como una moraleja conocida: “La curiosidad mató al gato”. No todo lo que parece ser algo, necesariamente es lo que parece ser. El juego y la aventura se convirtió en un peligro real. Incluso, cuando el profesor pierde esperanzas de volver a la superficie, está dispuesto a dejar todo atrás por tal de salir. Se da cuenta de que su tenacidad torpe podría significar la muerte de no sólo él, si no de su sobrino. Todo cambia en torno a encontrar una manera de salir, y se olvidan de la gloria, de la diversión inicial.

Claro, los descubrimientos tienen su recompensa al final, cuando todos son reconocidos mundialmente y abren las puertas al hallazgo más importante en la historia. Verne convierte a sus personajes en héroes pero el grueso de la historia es una lucha contra el tiempo para salir con sus vidas intactas.

En mi opinión, todavía la novela es mejor que muchas otras obras publicadas en el sigo 20. Tiene ingenio, trama, acción, credibilidad difícil de duplicar y muchos otros rasgos que hacen la obra una joya. Increíble que algo que se escribió 145 años atrás todavía preserve ingenuidad y pueda entregar una historia tan llena de fuerza e impacto.

Verne no rompió estándares lingüísticos y no creó un personaje que perduró en el tiempo. Lo que sí hizo fue escribir una novela que fue reconocida mundialmente, que influenció un genero literario y que lo llevó a ser considerado por muchos como el padre de la ciencia ficción. Fue escrita en un momento donde la ciencia era ineficiente, tenía mucha especulación. La novela fue un salto en el tiempo, un empuje hacia el futuro. Por muchos años, hasta se pensó que lo que decía Verne era arqueológicamente correcto. Tardó años para poder comprobar que los datos eran falsos, e imposibles. Gracias a que Verne decidió inventarse que había un camino hacia el centro de la tierra, y decidió utilizar la ciencia como el medio para darle verosimilitud, es que ahora podemos apreciar las maravillas científicas que nos rodean, y observar la fantasía desde un punto de vista único.


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