Es difícil encontrar un cuento que pueda contener todas las características de un género literario, en un lugar; un cuento que recoja todo lo que ‘hace’ un género. José Luis González no solamente logró reunir la esencia del realismo en un cuento, lo hizo en uno corto.
‘La carta’ es quizás el relato más famoso de él, aunque recibió multitud de premios por otras obras y libros publicados. Su estilo nunca deterioró. Siempre mantuvo una forma estándar cuando escribió, sean novelas, cuentos o ensayos. Sus temas eran puros realistas, acerca del menosprecio y la opresión del puertorriqueño en el mundo real. En ‘La carta’ vemos un vagabundo escribiéndole a su madre, mintiendo acerca de su condición económica. Nos deja con un sabor amargo y triste. La pena es un valor importante en la mayoría de la literatura de José Luis González. En casi todos sus relatos hay por lo menos un personaje que sufre de algún cantazo emocional, o experiencia un cambio de percepción del mundo.
El lenguaje de José es bien fácil de entender. Aunque imita el hablar cotidiano, no utiliza un español rebuscado. Sus narraciones son simples, cortas y cualquier lector puede terminar sus cuentos y entender todo. No es un rasgo común en el realismo. Quizás hasta su escogido de palabras era una crítica al mundo. Tal vez decidió no usar palabras difíciles. Nunca sabremos.
"...el realismo no debe ser un movimiento literario, ni arte. Es un pedido de ayuda, es una advertencia..."
‘La carta’ es un relato corto pero es sumamente amplio en significado. Las connotaciones sociales que implica son agravantes. La crítica social es sólo pareja a la indiferencia del ser humano. Toca tantos temas simples con unas pocas palabras. La narración de este cuento es interesante, porque mezcla un narrador omnisciente con otros personajes. Se puede ver en otros cuentos de González, cómo los narradores cambian a través del relato. El juego con la forma de contar la historia es una de las cosas que más entretiene al lector, y más da ganas de seguir leyendo. Es algo constante en González y puede ser una herramienta importante si es utilizada bien. El narrador omnisciente es clásico, sin embargo la mayoría del cuento es contado de una manera moderna, mostrando los datos incubiertos.
Sus finales siempre dejan al lector en un estado pensativo, y en este caso es igual. El tema es tan cotidiano y cultural, que el lector no tiene más remedio que reflexionar un poco de su propia vida. Las implicaciones y el juego de narradores es perfectamente usado.
José Luis González sirve como una inspiración a todo autor, ilustro o nuevo. Es más, sirve como una inspiración para el mundo entero. Toda la literatura Realista trata de convencernos de que hay algo en la vida que se debe mejorar, que estamos haciendo algo mal -aunque nos lleva a pensar que el autor es igual a nosotros y, por ende, hace las mismas cosas que el resto de los habitantes. Entonces, ¿por qué tan justificado el autor realista? ¿Se cree diferente?- y los autores realistas utilizan la literatura para tratar de cambiar el razonamiento crítico y el comportamiento de la audiencia. En teoría, el realismo no debe ser un movimiento literario, ni arte. Es un pedido de ayuda, es una advertencia de que estamos empeorando nuestra calidad de vida.
Quizás por tener autores tan efectivos como José Luis González, quien escriben cuentos y novelas tan ricas para leer, tan importantes para la literatura que se deben mantener como tesoros históricos, que han convertido el realismo en una herramienta comercial, se ha perdido el significado real y el propósito del realismo literario.
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